En Panamá, la música la podemos incluir como parte de nuestro folklore, la cual se desarrolla, principalmente, en las provincias centrales (Coclé, Herrera, Los Santos y Veraguas).
Son expresiones folklóricas la música típica, los vestidos, bailes, instrumentos, objetos artísticos, leyendas, costumbres y las comidas. La música folklórica está unida a la poesía y a los bailes populares, ésta ha sido, en muchos casos, la fuente de inspiración de la música culta.
En la música folklórica panameña se distingue la música vocal como: la saloma, el tamborito, la tuna, la mejorana, los congos y los bullerengues; y la música instrumental como: la mejorana, el punto, la cumbia y otros. Los campesinos panameños cantan mejoranas cuando se reúnen en: las juntas, los velorios, las fiestas religiosas y las cantaderas.
Es muy poco lo que se conoce de la música de los indios que poblaron el Istmo, antes de la llegada de los españoles. Los instrumentos más antiguos que se conocen son, posiblemente, la gran variedad de ocarinas que han sido encontradas en Chiriquí y que pueden ser vistas en los museos. Ellas están hechas de barro cocido, tienen variadas formas y están decoradas con dibujos policromos. Sus aberturas varían en número (de dos a cuatro) y por ellas se deduce que emitían cinco sonidos.
Los indios actuales, que conservan muchas de sus costumbres, pueblan las regiones de Chiriquí, parte de Veraguas y Bocas del Toro, San Blas y parte de Darién.
La música popular en Panamá presenta no sólo los elementos iniciales, sino la influencia de los pueblos cercanos (Cuba, Colombia) que han dejado su sello en piezas inmortales tales como los boleros Panamá Viejo, Historia de un Amor; el pasillo El suspiro de Una Fea y danzas como La Reina Roja, más conocida como Pescao.
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